jueves, 13 de agosto de 2020

La cena con la muerte

Ayer quedé con la muerte,
lo resumiré, en breve,
era nuestra primera cita,
cena, velas, música y
lo que se tercie.
-Cocino yo, es mi casa,
faltaría más, -le dije.
Mientras me preparaba encendí el horno.
Llegó la visita, puntual
como no podría ser de otra manera.
Capucha, guadaña, etc.,
lo típico de la primer cita.
-Estás algo delgada -le comenté.
-Has de comer más, mujer.
Hablamos de mi trabajo,
de su trabajo:
que si las clases, los aprobados,
las pandemias y los hospitales privados.
Un buen rato,
no sabía que esta mujer hablara tanto.
Un olor a quemado nos hizo callar,
se ha quemado la cena grité
alarmado.
No pasaba nada, reímos como locos.
Entonces saqué las velas para crear ambiente,
con las risas, ya relajados,
ella se había bajado la capucha negra,
brillante calavera a la luz de los llamas.
Qué bella estaba…
Las velas eran perfumadas,
de vainilla, me dijeron.
Mi invitada empezó a toser,
no se encontraba bien.
Dios mío que la muerte se me
muere,
y en mi casa.
Era alérgica a los frescos olores, a las alegrías y a las flores.
Apagué las velas, rápido
abrí puertas y ventanas.
Mientras ella descansaba sobre el sofá,
puse música romántica,
de las muy tristes, claro.
Pensé, vamos mal,
esta se me escapa.
Le pedí bailar uno de esos bailes agarrados.
Parecía que la cosa fluía al fin.
Pero no sé si fueron los nervios o
su larga y negra túnica encapuchada,
sin querer, le pisé el pie,
la hice caer.
Fue tal mi zozobra,
le pedí mil perdones y
le ayudé, gentil, a levantarse.
Ella, ya enfadada,
con síntomas aún de su alergia,
me retiró airada mi mano.
Me dijo entre toses que tiene que irse,
que la esperan en otra parte,
cosas de trabajo.
Yo eso lo respeto.
Le abrí la puerta cabizbajo,
otra vez mil disculpas,
yo no soy así,
es que es la primera vez que invito a la muerte.
Aceptó con ademán nervioso mis disculpas,
-¿Quedamos para otra día? 
Pero esta vez cenamos fuera –le rogué,
con una sonrisa en los labios.
Ella cerró la puerta sin mirar atrás.
Vaya, pensé
se me ha escapado la muerte.

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