jueves, 13 de agosto de 2020

Te aprehendo

Te aprehendo en este momento,
con la yema de los dedos,
con la piel y los huesos.
Se detiene el fluir del pensamiento
en suspenso vital nuestros deseos
y beso, despierto, todo tu cuerpo.
Ya no existe el tiempo,
no hay límites a nuestros alientos
en este único, primordial, nuestro
momento.

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