miércoles, 16 de marzo de 2022

El niño y la rosa

Un día el niño se acercó a un rosal,
por fin, después de un largo invierno,
pudo ver una delicada rosa
que abría tímida su regazo.

Entonces el niño
acercó su mano
y la agarró
con todas sus fuerzas,
sin oír sus chillidos,
sin percatarse
de sus quejas,
loco de pueril amor.

De pronto notó
un agudo pinchazo,
una pequeña espina
se le había clavado.

Abrió la mano asustado:
una gota de sangre
caía
de su palma abierta,
una lágrima de dolor
descendía
de sus ojos cerrados.

Y no supe qué
le hacía más daño:
su pequeña mano o
su impetuoso corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Somos mil pedazos