Mi pobre limonero murió
en una noche de invierno
entre viento, nieve y escarcha.
Intenté salvarlo,
le corté las ramas
rotas,
le di todo mi amor,
le susurré palabras hermosas,
le acuné las raíces sobre mi corazón
marchito,
le canté una nana muda.
Mi limonero se me murió
en una noche de invierno
donde la oscuridad mataba
y el cielo era despiadado.
Yo salí a buscarlo
desnudo,
con la piel como ofrenda
froté mis llagas sobre
su seca corteza.
Desollé mis manos
entre filos y dientes duros,
puse mi alma en juego
por salvarlo.
Mi limonero se me murió
en una noche de invierno
y no sé por qué
yo no morí en el intento,
y no sé por qué
aún me duele
cuando lo recuerdo.
Que prosigue el poderoso drama, y que tú puedes contribuir con un verso. Walth Whitman
miércoles, 5 de mayo de 2021
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